Costillas con piñas y papas

INGREDIENTES
- Costillas de cerdo salada.
- Piñas (mazorcas de maíz)
- Papas
- 1 cebolla
- Unos diente de ajo (3 ó 4).

PREPARACIÓN
Ponemos las costillas a remojar (de 24 a 48 horas, según lo saladas que estén). Hemos de cambiarles el agua dos o tres veces.

En un caldero ponemos las costillas junto con una cebolla y unos dientes de ajo (enteros o machacados, a gusto del consumidor), cubrimos sobradamente de agua y llevamos al fuego. Cuando las costillas estén a medio hacer, añadimos las piñas enteras (sin las hojas).
Hay quien pone el maíz desde el principio con las costillas. Dependerá de lo tiernas que éstas estén.*


Cuando las costillas y las piñas estén casi hechas, bajamos el fuego al mínimo, añadimos las papas peladas y enteras y las dejamos cocer unos 10-15 minutos hasta que estén hechas.

Finalmente escurrimos el agua y servimos acompañadas de un buen mojo de cilantro.

COMENTARIOS

* Como en la Península no es muy típico el consumo de la mazorca de maíz - al menos en los sitios donde yo he estado - no es fácil encontrarlas en las fruterías. Sí las he visto en grandes almacenes, pero suelen venir envasadas al vacío y precocinadas. Si no nos queda más remedio que utilizar este tipo de piñas, las añadiremos al final, unos cinco minutos antes de apagar el fuego.

No he indicado cantidades pues variarán en función del número de comensales, pero por dar alguna aproximación habremos de usar por cada kilo de costillas un kilo de papas. En cuanto a las piñas, al menos hemos de poner una por persona.

En casa de mi suegra, en las ocasiones que se prepara este plato para alimentar a todo un regimiento, se cuecen las costillas, las piñas y las papas en cazuelas separadas. Si nos vemos obligados a emplear este método, no hemos de olvidar utilizar el caldo de cocer las costillas para cocer las piñas y las papas.

Esta receta, que es muy típica en las Islas Canarias, es la de mi suegra, quien las hace pa'chuparse los dedos. Tía Carmen ha rebautizado el plato con el nombre de Costillas con Piñas "Tomás el Nervioso" en homenaje a dos de los hombres que más han contribuido a la difusión de esta exquisitez, los propietarios de sendos guachinches en la Isla de Tenerife: Tomás, dueño de Casa Tomás y Juanito, dueño de El Nervioso.