INGREDIENTES:
- 1 kg. de carne picada (mitad de cerdo, mitad de vaca).
- 2 ó 3 huevos.
- pan rallado.
- harina.
- perejil (opcional).
- 2 dientes de ajo.
- 1 cebolla.
- Un bote de salsa de tomate.
- ½ vaso de vino blanco.
- sal o Avecrem.
- un poco de agua.
- especias (a gusto del consumidor)
PREPARACIÓN: mezclar la carne picada con los huevos batidos, los dientes de ajo y el perejil picaditos, una cucharada de harina y otra de pan rallado, una pizca de sal. y las especias. Dejar reposar unas horas.
Después formar bolitas y rebozarlas en pan rallado y harina (mezclados). Seguidamente dorarlas en una sartén. Una vez doradas depositarlas en una cazuela y en el aceite sobrante freír la cebolla picada. Cuando esté transparente echarla sobre las albóndigas. Ponerlas a fuego fuerte y añadir la salsa de tomate y el vino.
Cuando empiece a hervir, añadir una pastilla de Avecrem (o sal) y si fuera necesario, un poco de agua (½ vaso o un poco más si se van a congelar. Aunque yo casí nunca les echo agua. Si acaso, aumento la cantidad de vino). Bajar el fuego al mínimo y dejar que se hagan. De vez en cuando, bailar la cazuela para que no se peguen.
Observaciones: exquisita receta de mi madre. Cuando yo las preparo, suelo doblar las cantidades. Con dos kilos de carne, normalmente hago unas 26 albóndigas y tres o cuatro hamburguesas.
Las especias no son necesarias pero a mí me gusta poner un poquito de pimienta, orégano (o mejor, una buena pizca de esos botes de especias mezcladas que venden para pizzas), algo de comino molido y lo que se tercie.
- 1 kg. de carne picada (mitad de cerdo, mitad de vaca).
- 2 ó 3 huevos.
- pan rallado.
- harina.
- perejil (opcional).
- 2 dientes de ajo.
- 1 cebolla.
- Un bote de salsa de tomate.
- ½ vaso de vino blanco.
- sal o Avecrem.
- un poco de agua.
- especias (a gusto del consumidor)
PREPARACIÓN: mezclar la carne picada con los huevos batidos, los dientes de ajo y el perejil picaditos, una cucharada de harina y otra de pan rallado, una pizca de sal. y las especias. Dejar reposar unas horas.
Después formar bolitas y rebozarlas en pan rallado y harina (mezclados). Seguidamente dorarlas en una sartén. Una vez doradas depositarlas en una cazuela y en el aceite sobrante freír la cebolla picada. Cuando esté transparente echarla sobre las albóndigas. Ponerlas a fuego fuerte y añadir la salsa de tomate y el vino.
Cuando empiece a hervir, añadir una pastilla de Avecrem (o sal) y si fuera necesario, un poco de agua (½ vaso o un poco más si se van a congelar. Aunque yo casí nunca les echo agua. Si acaso, aumento la cantidad de vino). Bajar el fuego al mínimo y dejar que se hagan. De vez en cuando, bailar la cazuela para que no se peguen.
Observaciones: exquisita receta de mi madre. Cuando yo las preparo, suelo doblar las cantidades. Con dos kilos de carne, normalmente hago unas 26 albóndigas y tres o cuatro hamburguesas.
Las especias no son necesarias pero a mí me gusta poner un poquito de pimienta, orégano (o mejor, una buena pizca de esos botes de especias mezcladas que venden para pizzas), algo de comino molido y lo que se tercie.
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6 comentarios:
¡Riquísimas las almóndigas de mi suegra y, por extensión, de mi niña!
Hola, te visito por primera vez, te vi en mis seguidores y aqui estoy dando una vuelta por tu blog, me parecen muy buena tu cocina, seguire visitandote.
Ya estas en mis favoritos, un abrazo
Muchísimas gracias, Mamen, por tu visita y tus comentarios. Aunque el mérito de la cocina expuesta en este blog no es mío, sino de mi madre, de mi suegra, de mis amigos y de todos aquellos que tienen la generosidad de compartir sus recetas.
Por cierto, tu cocina sí que es fantástica. Enhorabuena por tu blog. También seguiré visitándolo y procuraré poner en práctica tus recetas.
Mejor añade vino que agua, siempre bñanco a los guisos.
Gracias por visitar LA COCINA DE MI CASA.
Mejor añade vino que agua, siempre bñanco a los guisos.
Gracias por visitar LA COCINA DE MI CASA.
Es un placer visitar tu blog, La cocina de mi casa. ¡Estupendas recetas!
Y estoy de acuerdo con tu comentario. De hecho, ya indico en mi receta que casi nunca pongo agua, que prefiero aumentar la cantidad de vino.
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